¡La aventura comienza un poco temprano!

La aventura comienza cuando nos alejamos de Ciudad del Cabo con la G, pensamos. En Rotterdam ya nos enfrentamos a una sorpresa. Eso es solo el comienzo, resulta.

Control aduanero
El transportista aconseja esperar un poco antes de reservar el vuelo hasta que el contenedor esté en el barco. Un buen consejo, la aduana selecciona nuestro contenedor durante un control aleatorio. Sabemos exactamente lo que eso significa, porque todas las acciones están claramente establecidas en la factura que se nos permite pagar. Vuelva a cargar el contenedor en un camión, diríjase a la aduana, rompa el sello, realice una verificación por la aduana, vuelva a medir el gas y el sello. Afortunadamente, el bote está un poco retrasado y aún se puede tomar nuestro contenedor. Aliviada reservamos el vuelo a Ciudad del Cabo.

Portacontenedores navega más allá de Ciudad del Cabo
Malas noticias El Santa Rosa se desvía del horario de navegación e ignora Ciudad del Cabo. Las condiciones climáticas en Ciudad del Cabo no son óptimas y el propietario del barco decidió navegar primero a Durban, luego regresar a través de Port Elisabeth a Ciudad del Cabo para un segundo intento de amarre. El auto es llevado a tierra dos más tarde en la capital. En otras palabras, entregamos días de descanso 14 en el viaje por tierra. El promotor promete manejar el automóvil con urgencia y con suerte el daño se limitará a 10 días. Estamos felices de mantener los cuatro días ganados para cualquier revés futuro. Decidimos pasar el tiempo de espera en los Países Bajos en preparaciones adicionales y volver a reservar nuestros vuelos y el hotel.